La culpa adaptativa y la consciencia del poder
- Marcela Sandoval
- 14 mar 2024
- 2 Min. de lectura

Continuando con las funciones adaptativas de las emociones, hoy quisiera compartir con Uds. algunas reflexiones respecto de la culpa y su relación con el desarrollo ético del ser humano, el deseo de ser mejores personas y la relación con el tiempo.
El psicólogo E. Erikson (1902-1994), reconocido por su teoría del desarrollo psicosocial humano, señala que la culpa emerge ante el desarrollo de la iniciativa de un/una infante, de la expansion de la imaginación, de la creación, de la curiosidad, el deseo de explorar/se y de relacionarse con su entorno.
Son como dos fuerzas, la iniciativa versus la culpa, que desde pequeños buscamos armonizar. La culpa exagerada inhibe la iniciativa, las conductas de explorar, de conocer y de tomar decisiones. La falta de culpa convierte a las personas en seres perversos carentes de discernimiento. Por otro lado, la culpa adaptativa nos permite aprender de nuestros errores, reparar los daños causados, nos aporta a la cocontruccion de los valores y con ello sentirnos con el poder de cambiar responsablemente el curso de nuestras acciones.
Al tomar conciencia de nuestra culpa y de la falta, podremos corregir y prevenir la repetición de nuestras conductas inapropiadas. El tiempo en el cual podremos alterar el curso de nuestras acciones, es en el presente- en el aquí y ahora. Es en ese instante, en que se presenta una situación similar a la vivida, en el cual podemos implementar un acto constructivo.
Aquí radica, la importancia estar consciente de las consecuencias de nuestras acciones y el valor de elegir responsablemente la concatenación de hechos virtuosos que podemos generar. Nada podemos hacer para remediar lo ocurrido en el pasado, de ahi la inutilidad de quedarnos estancados en algo que ya pasó. Pero si podemos aprender de los errores y demostrar/nos que nosotros hemos cambiado, asegurando que el daño no se repitirá. Pues, hemos tomado conciencia del daño generado, del poder que tenemos para enmendar, confiamos en nuestros juicios, aportando a una convivencia más armoniosa y colaborativa colocando en el centro la dignidad humana.
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